Ayer nos invitaron al Programa de TV Aquí y Ahora para hablar sobre ENVEJECIMIENTO, JUBILACIÓN Y DEPRESIÓN

10.10.2019

Buenas tardes,

Tras el programa de ayer en Aquí y Ahora de Canal Pilas TV, en el que se trató el tema del envejecimiento, jubilación y depresión, me gustaría aprovechar para dar las gracias a Canal Pilas TV, por hacer más visible esta temática y las consecuencias en la población más mayor. Agradecer a Rocío Barragán (Concejala del Aytmo. de Pilas) y Beli (presentadora) por pensar en mí e invitarme al programa, para hablar desde el punto de vista psicológico. Asimismo, aprovecho para felicitar a Antonio Alonso por su participación.

Ahora, me gustaría hacer un resumen de lo abordado durante el programa, para que aquellas personas que no pudieron verlo puedan ser conocedoras de esta información.

Como sabemos, la esperanza de vida va subiendo con el paso del tiempo, gracias a los avances y mejora de la calidad de vida. Ello conlleva un envejecimiento y sobreenvejecimiento de la población.
Sería adecuado diferenciar envejecimiento de vejez. Por un lado, el primero hace referencia a un proceso continuo, que ocurre a lo largo de la vida. Por otro lado, la vejez es un estado que comienza en un momento que, aún para los profesionales de la psicología, no está bien definido su temporalidad (hay que distinguir entre edad cronológica y funcional). No obstante, a nivel social y legal, se ha establecido a los 65 años aproximadamente. Edad que viene a coincidir con la Jubilación, fenómeno al que históricamente se le ha atribuido connotaciones despectivas.

El envejecimiento se caracteriza por cambios en todos los niveles: psicológicos, cognitivos, emocional, social y biológico. Cada persona es un ser individual con características y rasgos personales, a quien cada modificación en su entorno le influirá de forma diferente.

Como decía, durante el proceso de envejecimiento se producen una serie de cambios, los cuales conllevan pérdidas:
- Familiares: Los hijos se van del hogar, llegan los nietos, puede morir el/la conyugue. Muchas veces, lo que más afecta al adulto mayor es su pérdida de poder y/o valor dentro del seno familiar, pasando a ser relegado por el/la hijo/a.

- Sociales: Se va perdiendo el contacto con compañeros/as de trabajo. Por la edad, las amistades van falleciendo; debido a enfermedades, la persona tiende a aislarse, surgiendo así el sentimiento de soledad y aislamiento social.

- Físicos: Mayor incidencia de enfermedades asociadas a la edad.

- Laboral: Llega la JUBILACIÓN

La jubilación supone una interrupción de la vida laboral, que produce una ruptura de la vida anterior, y que requiere un proceso de adaptación. Supone un tránsito de una vida laboral activa a una situación de relativa inactividad (impuesta).
Con la llegada de la jubilación (luego de la fase de euforia), comienzan las dificultades para crearse un nuevo proyecto de vida que sea significativo para la persona; complicaciones para reestructurar el tiempo (ahora mayor); dificultades para afrontar las situaciones de pérdidas (relaciones, rol social...).
Si a ello le unimos que, en muchas ocasiones, las personas no cuentan con herramientas, ni formación, ni saben cómo verter a la sociedad toda la energía que aún poseen. Como consecuencia, el/la adulto/a mayor puede experimentar sentimientos de inutilidad, se daña su autoconcepto y autoeficacia percibida, la autoestima se ve mermada... derivando en una posible patología depresiva.

Sin embargo, es importante señalar que todo el mundo no afronta las situaciones de la misma forma, algunos se adaptará adecuadamente a estos cambios, mientras que para otros será un viaje al que no le encuentra el sendero apropiado. Dependerá de muchas variables, tales como: personalidad, apoyo social, nivel económico, puesto laboral que ocupaba, cómo se ven a sí mismos, salud, estado civil...

Un dato curioso es que, a pesar de que, en España la depresión es de las patologías más prevalentes en la sociedad y en esta población, lo cierto es que existe un infradiagnóstico de ella. Ello es debido a varios factores: dificultar por detectar los indicadores depresivos por parte de la familia, que además tienden a normalizarlos; Al/a la adulto mayor le cuesta exteriorizar lo que sienten, la depresión viene acompañada de síntomas físicos y son por los que tienden a consultar con su médico; presencia de déficits cognitivos (mayores quejas de memoria, atención, dificultades para planificar y tomar decisiones...).

Debido a este bajo rendimiento de las funciones superiores, se llevan a cabos diagnósticos erróneos, confundiéndolo con un trastorno demencial. Se confunden los síntomas depresivos con los de una demencia (por ejemplo Enfermedad de Alzheimer). Es decir, la depresión produce tal discapacidad cognitiva, que se confunde, sin que exista una neurogeneración que justifique esos síntomas.

Los profesionales debemos ser cautos en el diagnóstico, descartando la presencia de otros trastornos que pueden estar confundiendo la evaluación. Las evaluaciones deben realizarse con especial cuidado, siendo lo más completa posible y atendiendo a factores ya comentados. No podemos evaluar una patología, sin tener en cuenta la otra. Sería necesario realizar una indagación de la enfermedad en sí misma.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AFRONTAR POSITIVAMENTE LAS CONSECUENCIAS DE LA JUBILACIÓN?

Este fenómeno es responsabilidad de toda la sociedad, de forma que están involucrados desde la persona, a la familia, instituciones, organizaciones... Las acciones deben ir encaminadas a optimizar la calidad de vida, el sentimiento de pertenencia y fomentar la actividad.

Desde las instituciones, es bueno llevar a cabo una adecuada preparación para la jubiliación (España junto a Japón se sitúan en la cola de los países que se preparan para esta nueva situación): programas de información y sensibilización, en los que aumenten el conocimiento del fenómeno, se diseñen alternativas de ocio, actividades que favorezcan la participación social y el voluntariado. En definitiva, actividades que amplíen las oportunidades de desarrollo.

Desde la familia, es muy importante el ofrecer apoyo, ayudar a que el proceso de pérdida de rol familiar sea progresivo; contar siempre con la opinión de la persona mayor. Es crucial motivarle a realizar tareas alternativas y brindar actividades comunes. ESCUCHAR Y EMPATIZAR CON SU SITUACIÓN.

En cuanto a la persona, es importante que antes de que llegue su jubilación, vaya diseñando un proyecto de vida realista a sus características; que se planifique su tiempo y se plantee metas a alcanzar en este nuevo periodo.

ACTUALMENTE LA JUBILACIÓN NO ES EL FINAL DE LA VIDA, ES UNA NUEVA ETAPA QUE PUEDE DURAR DE 15-20 AÑOS. UNA NUEVA ETAPA DE CRECIMIENTO Y APRENDIZAJE. UNA NUEVA ETAPA DE OPORTUNIDADES.

Desde Gabinete de Psicología Rocío Cuesta abordamos esta problemática con la persona. Atendemos al/a la adulto mayor en todas sus necesidades y preocupaciones. Trabajamos para potenciar la calidad de vida.

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